Yo lo vi. Fui el
primero en verlo. Corrí al pueblo y se los dije a todos, se los grité; pero no
me creyeron. Nadie me creyó: una sombra se movía sigilosa entre la maleza, una sombra obscura, sin forma definida, más
grande que un lobo, con unos ojos amarillos penetrantes, que me congelaron la
sangre con su mirada de hielo; pero nadie me creyó.
Más bien se
burlaron de mí; como se han burlado siempre. Sus burlas y carcajadas las seguí
oyendo por horas, incluso cuando vine a refugiarme a mi escondite, a mi
refugio, como hago siempre cuando las gentes me lastiman, odiándolos con toda
el alma.
Para ellos nunca
dejé de ser el tonto del pueblo; el loco, como me llamaban. Cierto que soy feo,
con una joroba grande en la espalda y demasiado pelo en el cuerpo; pero nunca
he sido tonto. Mi madre siempre me lo dijo. Mi madre, la única persona que me
ha querido como soy, hasta el día en que murió de pronto hace seis meses,
dejándome sólo; sólo y desamparado.
Después encontraron el primer animal
muerto: una cabra. De ahí nació el mote de Chupacabras. Luego fueron
gallinas, pájaros, conejos…hasta una vaca. Todos con el cuello destrozado y sin
gota de sangre en el cuerpo. Entonces empezaron a creerme.
En medio de esta
miseria y esta soledad, la única luz que ilumina mi vida es Jacinta. La veo
todas las tardes, cuando regresa de la escuela, con su falda agitada por el
viento y su blusa que me hace sentir el florecimiento de la primavera. La vengo
a ver todas las tardes, aunque ella no me ve. Me escondo entre los arbustos para
que no me note, porque me da miedo asustarla con mi fealdad.
Ayer encontraron
la vaca muerta y se armó la de Dios es grande. El pueblo entero entró en
un frenesí de pánico. Las mujeres se metieron a la iglesia a rezar y los
hombres se fueron a buscar ayuda a los pueblos vecinos; quieren formar un grupo
de gente armada que busque al Chupacabras y lo mate. El miedo se respira
en el aire como si fuera polen. Todos están nerviosos y espantados.
Jacinta me vio
ayer, no pude evitarlo; pero en vez de correr, como hacen todas las chicas
cuando me ven, se me quedó mirando fijamente y no dijo nada. Yo me inundé de vergüenza y sentí la
necesidad de huir, pero su mirada fija y tierna me hizo detenerme. Estaba radiante,
como la luz de mayo, y sus ojos luminosos y dorados como el sol me hicieron
sentir algo que nunca antes sentí; pero me ganó la vergüenza y finalmente salí corriendo.
Hoy llegaron los
refuerzos de los pueblos vecinos, son muchos hombres, todos armados de lanzas,
ballestas, cuchillos y hasta escopetas. Ya era hora, porque hoy se encontró el
primer cadáver humano, con el cuello destrozado y sin gota de sangre en el
cuerpo. Es el cadáver del novio de Jacinta. Yo creo que hasta aquí llego el Chupacabras;
no tiene oportunidad ante tanto hombre armado.
Esta noche me
robo a la Jacinta, no puedo esperar más. Me la llevaré lejos, muy lejos, donde
nadie nos conozca y podamos empezar juntos una nueva vida. Mi corazón me dice
que no se va a negar, me lo han dicho sus ojos dorados. Nos iremos de este
pueblo miserable que por fin recobrara la calma de una vez y para siempre. El Chupacabras
también se irá con nosotros.
Hum... algo me dice que el quien relató la historia era el chupacabras.
ReplyDeleteMuy bueno.
Yo también lo creo, Martha. Gracias por tu visita.
DeleteSi ya le decía su madre que de tonto no tenía un pelo. Se vengó bien vengado del pueblo.
ReplyDeleteMe ha gustado mucho, un abrazo.
Ni un solo pelito, a pesar de que era muy peludo. Gracias Jon por visitar y comentar.
DeleteA veces te llegas a sentir tan incomprendido como las bestias..
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